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Normativa legal del reciclaje en España

Normativa legal del reciclaje en EspañaEn España, la gestión de residuos incluyendo los metales, está regulada por un marco jurídico que busca:

  • Fomentar la economía circular
  • Prevenir la generación innecesaria de residuos
  • Asegurar su correcta gestión, separación, reciclaje o valorización.

Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular

La norma más reciente y de referencia en materia de residuos es la Ley 7/2022, de 8 de abril, conocida como “Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular”.

Esta ley sustituye a la antigua Ley 22/2011, e introdujo principios nuevos, que incluyen:

  • La jerarquía de residuos: priman la prevención, la reutilización y el reciclaje frente a la eliminación en vertederos.
  • La obligación de separación en origen: que los residuos se clasifiquen en múltiples fracciones (orgánica, papel/cartón, vidrio, plástico, metal, etc.) desde el momento de su generación.
  • La obligación de trazabilidad: los residuos deben poder seguirse desde que se generan hasta su tratamiento final, especialmente cuando se trata de residuos industriales o de construcción/demolición.
  • Cuando los residuos pueden ser valorizados o reciclados, siempre debe priorizarse su recuperación frente a su eliminación.

La ley establece plazos para que papel/cartón, vidrio, plástico…, tengan sistemas de recogida por separados obligatorios.

Normativas sectoriales que afectan al metal

Aunque la Ley 7/2022 regula de forma general la gestión de residuos, existen normativas específicas cuando los metales proceden de envases, aparatos eléctricos y electrónicos o residuos industriales:

Real Decreto 1055/2022, relativo a envases y residuos de envases, regula especialmente los envases metálicos ligeros (como latas, chapas metálicas, envases de aluminio, etc.). Este decreto, junto con la responsabilidad ampliada del productor, implica que quienes ponen estos envases en el mercado asuman su gestión cuando se convierten en residuos.

Para residuos eléctricos y electrónicos, que generalmente contienen metales (cobre, aluminio, metales críticos...), se aplica Real Decreto 110/2015. Esto obliga a una gestión adecuada de esos residuos, fomentando su recogida selectiva, reciclaje y valorización.

Objetivos de reciclaje

Tanto la normativa nacional como la europea fijan objetivos cuantitativos en cuanto a reciclaje y valorización. En conjunto, la normativa busca minimizar el impacto ambiental, favorecer la recuperación de materiales valiosos y reducir la dependencia de materias primas nuevas, promoviendo así una economía circular.

Cómo identificar y clasificar diferentes metales para su reciclaje

Además del marco normativo, para que el reciclaje sea eficaz es esencial una correcta identificación y clasificación de los metales. Esto influye en su valorización, en la pureza del material recuperado, y en su destino: reutilización, reprocesado o reciclaje.

Una de las clasificaciones más comunes y básicas en el reciclaje de metales es la distinción entre metales férricos (con hierro, acero y sus derivados) y metales no férricos (sin hierro).

1. METALES FÉRRICOS (con hierro, acero y sus derivados)

Los metales férricos, suelen identificarse por su peso y por su ferromagnetismo (es decir, por ser “magnéticos”).

Incluyen estructuras metálicas, perfiles, vigas, maquinaria, herramientas, restos de construcciones metálicas, chatarra de deformaciones, etc.

2. METALES NO FÉRRICOS (sin hierro)

Los metales no férricos como: aluminio (latas, chapas, perfiles de ventanas, etc.), cobre (suele venir en tuberías, cables, motores eléctricos), latón o bronce (en grifería, herrajes), zinc (en ciertos elementos metálicos), plomo (tuberías antiguas), acero inoxidable (utensilios, piezas de maquinaria), etc.

Su valor suele ser superior al de los férricos, porque muchos de ellos son más ligeros, resistentes a la corrosión, o útiles en la industria.

En undesguace en San Lucar, la primera distinción suele hacerse entre metales férricos y no férricos mediante imanes y otras técnicas de separación básica.

Criterios de clasificación adicionales

La clasificación del reciclaje no solo se realiza por el tipo de metal, sino también por otros criterios técnicos como:

  • Pureza o limpieza del material: Por ejemplo, chapas metálicas limpias, sin pintura, plástico, residuos adheridos, grasa u otros contaminantes, tienen más valor. Los recortes metálicos limpios suelen valer más que chatarra mezclada o contaminada.
  • Formato y forma física: Las piezas grandes, estructuras, vigas, máquinas completas, se diferencian de virutas, restos industriales, chatarra compactada, cables, etc. Algunas formas requieren tratamiento distinto.
  • Tipo de metal y aleaciones: Además de saber si es material férrico o no; en los metales no férricos es preciso hacer distinción entre cobre, aluminio, latón, bronce, etc. Algunas aleaciones especiales o componentes con metales críticos pueden tener un valor elevado o requerir tratamiento particular.

Procedimiento habitual en puntos de recogida y reciclaje

En gestores de chatarra o centros de reciclaje suele seguirse un procedimiento que se resume de la siguiente manera:

  • Recepción del material y primer análisis visual/físico: se verifica si es férrico (hay imán) o no, y se separan las piezas grandes de restos pequeños.
  • Limpieza y separación: se eliminan residuos adheridos (plásticos, gomas, restos de aceite, etc.). Las piezas limpias y homogéneas se clasifican aparte.
  • Clasificación por tipo de metal: aluminio, cobre, acero, acero inoxidable, latón, bronce, etc. En algunos casos, si hay mezclas o aleaciones complicadas, se puede requerir análisis más detallado.
  • Compactación o procesamiento si es necesario (chatarra prensada, fusión, descontaminación, separación de contaminantes).
  • Registro y trazabilidad: especialmente cuando la normativa exige control de residuos, se documenta el origen, tipo, tratamiento y destino del metal, para asegurar el cumplimiento legal.

La unión entre la normativa y una buena práctica de clasificación e identificación de metales es clave para que el reciclaje funcione a la perfección.

Gracias al marco normativo se sientan las bases legales para que metales férricos y no férricos, envases metálicos, aparatos eléctricos, residuos industriales y otros flujos sean correctamente gestionados.

Una correcta separación en origen (hogares, empresas, obras, establecimientos industriales) y una buena clasificación en los puntos de recogida son imprescindibles. Si el metal llega mezclado, contaminado o mal identificado, se reduce su valor y, en muchos casos, su posibilidad real de reciclaje.

Ciudadanos, empresas y gestores de residuos tienen roles distintos pero complementarios:

  • Los ciudadanos y generadores deben separar correctamente los residuos metálicos (latas, objetos metálicos, aparatos averiados) si corresponde, o depositarlos en contenedores adecuados o puntos limpios.
  • Las empresas e industrias que usan metales o generan residuos metálicos, deben cumplir con las obligaciones de la ley: separación, documentación, trazabilidad, entrega a gestores autorizados, etc.
  • Los gestores o recicladores deben identificar, limpiar, clasificar y procesar los metales conforme a criterios de: pureza, tipo de metal, peligrosidad (si la hubiera), entre otros, para maximizar su aprovechamiento y garantizar su reincorporación en nuevos procesos productivos.

Un correcto reciclado de metales permite reducir la extracción de materias primas nuevas, disminuir el consumo energético (la producción de metal nuevo suele requerir más energía que el reciclaje), y minimizar el impacto ambiental derivado de la minería, la contaminación y los residuos.

Cuando el reciclaje se realiza correctamente el metal no se pierde sino que se transforma.

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